Colombia ha experimentado un auge turístico tras los acuerdos de paz y las nuevas tendencias de viaje postpandemia, atrayendo más de 6,5 millones de turistas en 2024. Sin embargo, este crecimiento ha puesto en evidencia las limitaciones estructurales del país para ofrecer experiencias turísticas de calidad. Aunque la promoción internacional ha sido intensa, aún falta una adecuada gestión, planeación estratégica y profesionalización del sector.
Expertos nacionales e internacionales advierten que una alta demanda turística sin infraestructura ni personal capacitado puede generar consecuencias negativas para los destinos, como ha ocurrido en otros lugares del mundo con fenómenos como la turismofobia. Se resalta la necesidad de que las estrategias de promoción estén alineadas con la capacidad real de los territorios y de fortalecer el rol de las Organizaciones de Gestión de Destinos (DMO) en lugar de solo promover.
Finalmente, el artículo hace un llamado a transformar el turismo en una oportunidad sostenible para las comunidades locales, enfocándose en educación, inversión y articulación institucional, para que el sueño turístico de Colombia no se convierta en una pesadilla de sobreexplotación y desigualdad.