Los 28 policías y un militar retenidos desde el jueves por pobladores en un enclave guerrillero del suroeste de Colombia fueron liberados y entregados a una comisión gubernamental el sábado, constató un equipo de la AFP.
La Defensoría del Pueblo se encontró con los uniformados en un camino rural de unos cinco kilómetros que une dos comunidades rurales del sector. Cerca de las 15H00 locales (20H00 GMT), los retenidos ya habían comenzado a salir de la zona escoltados por militares.
"Libres del secuestro nuestros 29 héroes de la patria", escribió el sábado en su cuenta de X el ministro de Defensa, Pedro Sánchez.
Los efectivos se encontraban en cautiverio en un centro de reuniones comunitario en la localidad de La Hacienda, en una región del departamento del Cauca conocida como el Cañón del Micay.
Habitantes locales, que habían instalado un cerco con una cuerda en el local, pidieron a los agentes recoger su equipamiento antimotines para retirarse.
Los uniformados comenzaron a salir del poblado por un camino de tierra de unos cinco kilómetros, formados en fila y escoltados por habitantes, algunos de ellos con sus rostros cubiertos.
Se dirigieron al poblado aledaño de El Plateado y, poco antes de llegar, fueron recibidos por una comisión de la Defensoría del Pueblo, el ente encargado de velar por los derechos humanos en Colombia.
El Cañón del Micay tiene una de las mayores concentraciones de narcocultivos en Colombia y es uno de los principales bastiones del Estado Mayor Central (EMC), un grupo de rebeldes que nunca se acogieron al acuerdo de paz entre la extinta guerrilla de las FARC y el gobierno en 2016.
En el camino, donde a cada lado de la carretera se observan los verdes cultivos de hoja de coca que se pierden en el horizonte, el mayor Nilson Bedoya, el único militar del grupo, aseguró con voz agitada no poder dejar de pensar "en mi familia, en mi esposa, mi hijo, que me están esperando en casa", mientras llevaba al hombro su equipamiento.