Laura López Alzate
En el corazón de la ingeniería colombiana, en un sector tradicionalmente masculinizado como el de la minería, emerge la figura de Eva Cristina Manotas Rodríguez, la actual decana de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia, Seccional Medellín. Su trayectoria y visión están redefiniendo el liderazgo en un ámbito crucial para el desarrollo del país.
Eva Cristina Manotas Rodríguez, decana de la
Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia, Seccional Medellín, no
llegó a su cargo actual por azar. Su recorrido incluyó haber sido vicedecana Académica
y directora del área curricular de su departamento: Ingeniería de la
Organización. Este ascenso en un campo dominado por hombres es notable, pero
Eva subraya que el camino fue iniciado por otra mujer.
"Previo a mi decanatura tuvimos seis años bajo
el liderazgo de otra mujer, la profesora Verónica Botero, que fue realmente la
primera decana mujer en una facultad de ya 137 años", afirma Manotas,
reconociendo el papel de su predecesora en la apertura de espacios y el fuerte
trabajo en equidad de género.
Su llegada a la decanatura en octubre de 2024 no estuvo exenta de desafíos. A pesar de una considerable oposición de un sector de la comunidad profesoral que prefería un liderazgo masculino, Eva contó con un "gran respaldo de la comunidad estudiantil". Este apoyo se forjó a través de su trabajo previo como vicedecana Académica, donde se enfocó en cohesionar equipos, acercarse a los estudiantes y apoyarlos en su formación para reducir la deserción.
Escuchar para cohesionar y liderar
El principal reto de Eva al asumir la decanatura fue
cohesionar a una comunidad fragmentada. Su estrategia se basó en la escucha
activa y la colaboración. "Un líder no puede ser una persona que llegue e
imponga un plan de trabajo. Tiene que saber escuchar a su comunidad, entenderla
y mirar la estrategia que le ayude a acompañar, facilitar y posicionar a sus
colaboradores", explica.
Como madre de un niño de cuatro años, Eva destaca la
habilidad maternal de "balancear y escuchar" como una fortaleza
clave. Al inicio de su decanatura, propuso reuniones con diferentes grupos de
profesores, no para imponer su plan, sino para escuchar sus expectativas,
propuestas y recomendaciones, construyendo así un plan de acción conjunto. Esta
actitud transformó el ambiente de desconfianza inicial, generando un compromiso
colaborativo. El plan de acción de su decanatura se enfoca en "una
facultad que sea conectada con su territorio y el mundo", entendiendo que,
para lograrlo, la comunidad universitaria debe estar primero cohesionada.
Raíces y pasión por la educación
pública
Eva Cristina Manotas es la mayor de cinco hermanos,
nacida y criada en Montería, en un hogar donde ambos padres eran profesores de
colegio. Desde los seis años, Eva ya manifestaba ambiciones de ser profesora,
abogada y psicóloga. A los 16 años, llegó a Medellín para estudiar Ingeniería
Industrial en la Universidad Nacional de Colombia, una Institución que se
convirtió en su "obsesión" desde los 12 años, cuando un profesor
amigo de la familia la describió como la mejor universidad pública del país,
accesible para todos, sin importar su origen o dificultades.
Su vínculo con la Universidad Nacional es profundo.
Después de graduarse de Ingeniería Industrial, obtuvo una beca para una
maestría en Estadística y, hace 20 años, se unió a la Universidad como docente.
Posteriormente, realizó un doctorado en Administración en EAFIT, valorando la
importancia de no limitar su formación a una única institución.
Eva se describe como una persona que ama su trabajo,
la docencia y la interacción con los estudiantes, quienes provienen de todas
las regiones y estratos socioeconómicos de Colombia. Con una facultad que
alberga a casi 8.000 estudiantes, 200 profesores de planta, 120 ocasionales y
numerosos colaboradores administrativos, la decana ve una comunidad diversa con
capacidades únicas para conectarse con las necesidades locales, regionales e
internacionales.
Eva Manotas, con su liderazgo sensible y
colaborativo, está guiando a la Facultad de Minas hacia un futuro donde la
ingeniería no solo sea sinónimo de progreso técnico, sino también de
sostenibilidad, equidad y bienestar social.