Al menos once policías y cuatro militares que no se encontraban en zonas rojas o en servicio fueron asesinados por diferentes grupos armados en solamente diez días, por lo que Gustavo Petro recibió críticas de gobernadores de distintos departamentos afectados por la crisis de seguridad. Por su parte, el gobierno aclaró esta semana que la suspensión de operaciones militares contra disidencias de las FARC no aplica al 87% de grupos insurgentes.
El balance de asesinatos en los últimos diez días en Colombia ascendió al menos a la cifra de once, en el caso de policías, y cuatro, en el caso de militares. Lejos de encontrarse en zona de conflicto o en servicio, denunció el ministro de Defensa colombiano, Pedro Sánchez, “se encontraban fuera de combate o mientras estaban de permiso en diferentes regiones del país”.
En un mensaje a su cuenta X, el ministro resaltó que “abril ha sido un mes doloroso para Colombia y para nuestra fuerza pública”. También resaltó que está dinámica se ha producido entre el 15 y el 25 de abril.
Finalmente, atribuyó los crímenes a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las FARC y al Clan del Golfo.
El más reciente ataque se produjo en la estación policial de Simití, en el departamento de Bolívar, donde un ataque armado mató a dos policías e hirió a uno.
"Estos atentados contra la vida son la reacción cobarde y demencial de los carteles del Clan del Golfo, ELN y disidencias de las FARC de alias 'Iván Mordisco', ante la afectación de sus estructuras criminales por parte de nuestra fuerza pública", señaló Sánchez.