“Supermamá, superhija y un superhospital”: la historia de Eva María, Nairen y el Hospital Regional del Líbano

 




En el corazón del norte tolimense, donde las montañas custodian historias de vida, se desarrolla una historia de amor, fortaleza y gratitud que une a una madre, su hija y un hospital que se ha convertido en su segundo hogar.

Eva María Cuervo, de 17 años, vive con mucopolisacaridosis tipo 4, también conocida como síndrome de Morquio, una enfermedad rara que afecta su crecimiento y movilidad, dejándola completamente dependiente de los cuidados de su madre, Nairen Marín Cobaleda. A pesar del pronóstico inicial que les daban solo un 30% de posibilidades de supervivencia, Eva ha superado las expectativas gracias al amor incondicional de su madre y la atención médica del Hospital Regional del Líbano Alfonso Jaramillo Salazar.

“Mi mamá es más que una mamá, es mi mejor amiga”, dice Eva con una sonrisa que refleja la fuerza de su vínculo. Para Nairen, cada día es una batalla y una bendición: “Desde que nació, este hospital ha sido parte de nuestra historia. No solo recibimos atención médica, sino cariño y humanidad”.

Nairen destaca la dedicación del personal, desde doctores como la doctora Mañiz, el doctor Cristian y la pediatra Diana, hasta las jefas de enfermería y el personal de apoyo, quienes siempre atienden a la familia con prontitud y calidez. “Nunca nos ponen a esperar, siempre nos atienden rápido. No tengo quejas, solo agradecimientos”, comenta.

La historia de Eva y Nairen es también un reflejo del compromiso del Hospital Regional del Líbano, que ha evolucionado para brindar no solo atención médica sino también acompañamiento humano. “He visto cómo el hospital ha cambiado, ha mejorado en todo sentido. Su atención es excelente, el lugar está más bonito, más humano. Felicito a todo el personal y a la gerente por este cambio. No solo soy una super mamá, también tenemos un super hospital”, afirma Nairen.

En un contexto donde la salud pública suele generar reclamos, este relato es un testimonio de esperanza y gratitud, recordándonos que detrás de cada hospital hay personas comprometidas con cuidar no solo los cuerpos, sino también las almas.

Post a Comment (0)
Previous Post Next Post