Bogotá, 2 de noviembre de 2025 – En un mundo donde más de la mitad de la población vive en ciudades y las urbes enfrentan desafíos como el cambio climático, la desigualdad y la expansión descontrolada, Bogotá emerge como un faro de esperanza y lecciones aprendidas. Ayer, 31 de octubre, la capital colombiana se convirtió en el epicentro global del urbanismo al acoger el Día Mundial de las Ciudades, organizado por la ONU-Hábitat. Después de una década sin que América Latina fuera sede de este evento clave, la elección de Bogotá no es casual: refleja los avances concretos de la ciudad en materia de vivienda, movilidad sostenible y equidad social, aunque no exenta de críticas por sus persistentes desigualdades.
El evento, que reunió a más de 2.000 participantes de 50 países –incluyendo alcaldes de ciudades como París, Nairobi y Singapur–, se centró en el tema "Las Ciudades Resilientes: Construyendo Futuros Sostenibles". Bajo un cielo nublado pero optimista en el Centro Internacional de Convenciones Ágora Bogotá, expertos, líderes locales y activistas debatieron cómo transformar las metrópolis en espacios inclusivos. "Bogotá no solo es anfitriona; es un laboratorio vivo de innovación urbana", declaró el secretario general de la ONU, António Guterres, en un mensaje virtual, destacando la capacidad de la ciudad para integrar tecnología y comunidad en sus políticas.
Un impulso regional con eco global
Elkin Velásquez, director regional para América Latina y el Caribe de ONU-Hábitat, no oculta su entusiasmo por la designación de Bogotá. En exclusiva para este medio, Velásquez enfatiza el rol de la región en el escenario mundial: "Es muy importante que América Latina, a través de lo que hace en sus ciudades, pueda proyectarse al mundo y aprovechar esto para una conversación productiva, fraterna, intercultural, pero que también traiga resultados concretos en términos de recursos, ideas y transformaciones".
Durante el foro, se anunciaron alianzas inéditas: un fondo de cooperación de 50 millones de dólares liderado por la Unión Europea para proyectos de vivienda asequible en Bogotá y São Paulo; un intercambio de conocimientos con ciudades asiáticas sobre gestión de desastres climáticos; y un programa piloto con África para replicar el modelo de ciclovías bogotanas en Lagos. Velásquez añade: "Hay un reconocimiento global de lo que Bogotá, Colombia y América Latina estamos haciendo", subrayando aprendizajes mutuos que surgen del "contacto con experiencias concretas en un sitio en particular".
Vanessa Velasco, secretaria de Hábitat de Bogotá, ve en el evento una vitrina para las transformaciones locales. "Este representó una oportunidad para que el mundo mire hacia Bogotá y reconozca las transformaciones que están ocurriendo en la ciudad desde múltiples frentes", dice Velasco, apuntando al desarrollo urbano y la vivienda como motores clave. Bajo la administración del alcalde Carlos Fernando Galán, quien asumió en enero de 2024, la ciudad ha invertido más de 3 billones de pesos (alrededor de 750 millones de dólares) en planes de renovación urbana, según datos de la Alcaldía.
Avances que inspiran: De las ciclovías al metro elevado
Bogotá, con sus 8 millones de habitantes, ha recorrido un largo camino desde los años 90, cuando el caos vial y la informalidad dominaban su paisaje. Hoy, es referente en movilidad no motorizada: la red de ciclovías, pionera desde 1974, suma 600 kilómetros y se expandió un 20% en los últimos dos años, transportando a 150.000 ciclistas diarios. "Es un modelo exportable; hemos visto delegaciones de México y Chile estudiando nuestro sistema", comenta María Fernanda Rojas, directora del Instituto Distrital de Movilidad.
En vivienda, el programa "Mi Casa Ya" ha entregado 25.000 unidades habitacionales en barrios periféricos desde 2020, integrando energías renovables y espacios verdes. El renovado centro histórico, con la recuperación de 15 manzanas en La Candelaria, fusiona preservación cultural con usos mixtos: oficinas, comercios y viviendas que han reducido la deserción comercial en un 40%. Además, el avance del Metro de Bogotá –la primera línea subterránea de la ciudad, con un 70% de obras completadas para 2026– promete descongestionar el tráfico, que actualmente cuesta a la economía local 4% del PIB anual.
Estos logros han sido premiados internacionalmente: en 2024, Bogotá recibió el World Smart Cities Award por su plataforma digital de participación ciudadana, "Bogotá Abierta", que ha recolectado más de 100.000 propuestas vecinales. ONU-Hábitat la califica como "un ejemplo de gobernanza inclusiva en el Sur Global".
| Proyecto clave | Descripción | Impacto (2020-2025) |
|---|---|---|
| Red de Ciclovías | Expansión a 600 km con estaciones seguras. | +150.000 usuarios diarios; reducción de emisiones en 15%. |
| Programa Mi Casa Ya | Vivienda asequible con sostenibilidad. | 25.000 unidades; 60% en zonas vulnerables. |
| Metro Línea 1 | 24 km subterráneos conectando sur-norte. | Avance 70%; beneficiará a 3 millones de habitantes. |
| Renovación La Candelaria | Recuperación de patrimonio urbano. | +40% en turismo; 5.000 empleos generados. |
Sombras en el horizonte: Desafíos que no se ignoran
Sin embargo, no todo es euforia. Críticos como el urbanista colombiano Jorge Enrique Molina señalan que Bogotá aún lidia con brechas profundas. "Somos un ejemplo a medias: mientras el norte brilla con innovación, el sur sufre inundaciones y asentamientos informales que albergan al 20% de la población", advierte Molina en un panel del evento. La pobreza urbana afecta al 30% de los bogotanos, y la contaminación del aire –con PM2.5 superando los límites OMS en un 50%– es un talón de Aquiles, agravado por el envejecimiento de TransMilenio.
Activistas indígenas y afrocolombianos, presentes en las calles durante el foro, protestaron por la gentrificación en barrios como Usme y Ciudad Bolívar, donde proyectos de vivienda desplazan comunidades tradicionales. "El desarrollo no puede ser solo para elites; debe ser intercultural", exigió Aida Quilcue, líder indígena, recordando que el 15% de Bogotá es población indígena o afro.
A pesar de ello, el evento generó compromisos: un plan de acción de ONU-Hábitat para 2026-2030 incluye 200 millones de dólares para mitigar desigualdades en 10 ciudades latinoamericanas, con Bogotá como piloto.
Hacia un futuro conectado
Al cerrar el Día Mundial de las Ciudades, el alcalde Galán declaró: "Bogotá no pretende ser perfecta, pero sí audaz. Hoy, mostramos al mundo que las ciudades del Sur pueden liderar la agenda global". Con proyecciones de crecer a 10 millones de habitantes para 2035, la capital colombiana apuesta por la inteligencia artificial en planificación urbana y alianzas público-privadas para un "Bogotá 2050" carbono neutral.
Si América Latina busca su lugar en el urbanismo mundial, Bogotá –con sus triunfos y tropiezos– ofrece un manual vivo: innovación arraigada en la diversidad, pero siempre atenta a la equidad. El eco del evento resonará en foros como la COP30 en Brasilia, donde la ciudad podría inspirar políticas regionales. Por ahora, Bogotá no solo celebra; transforma, y el mundo observa.
