Cuestionamientos a la existencia del Tren de Aragua: ¿Fantasmas o amenaza real en la agenda de paz de Petro?
Bogotá, 7 de noviembre de 2025 – En un giro inesperado que sacude la política de "Paz Total" del gobierno de Gustavo Petro, el Alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño, puso en duda este miércoles la existencia actual de la banda criminal venezolana Tren de Aragua, organización que ha sido vinculada a una ola de violencia transnacional en América Latina. La declaración, emitida durante una entrevista en W Radio, surge en respuesta a una propuesta de diálogo enviada por uno de sus presuntos líderes, alias "Larry Changa", desde una cárcel bogotana. Mientras el Ejecutivo evalúa la solicitud, expertos advierten que el debate revela tensiones entre la diplomacia interna, las presiones internacionales y la realidad del crimen organizado en Colombia.
Patiño, exguerrillero del M-19 y figura clave en las negociaciones con grupos armados como el ELN y las disidencias de las FARC, no escatimó en ironía al referirse al Tren de Aragua. "No sé cómo se pueda dialogar con una organización cuya existencia es un poquito fantasmal. Es muy fregado (difícil) empezar a hablar con fantasmas o con organizaciones de dudosa existencia", afirmó el funcionario. Sus palabras se basan en una consulta con el embajador colombiano en Caracas, Milton Renteria, quien le habría asegurado que el grupo "existió, pero que eso es cuestión del pasado". Esta versión choca frontalmente con reportes de inteligencia colombiana y estadounidense, que ubican al Tren de Aragua como una fuerza activa en al menos nueve localidades de Bogotá y regiones fronterizas como Norte de Santander.
La controversia estalló a raíz de una carta enviada el pasado 11 de octubre por Larry Amaury Álvarez Núñez, alias "Larry Changa", cofundador del Tren de Aragua, al presidente Petro, al ministro de Justicia Eduardo Montealegre y al propio Patiño. Desde la Cárcel La Picota de Bogotá, donde cumple detención preventiva desde su captura en junio de 2024, Changa propone su nombramiento como "gestor de paz" y la apertura de "diálogos exploratorios" que conduzcan al desmantelamiento del grupo en Colombia. En el documento, al que tuvo acceso El Colombiano, el criminal reconoce la presencia de la banda en territorio colombiano y se compromete a entregar armas y estructuras criminales, emulando procesos previos con guerrillas y paramilitares.
La respuesta inicial del gobierno no se hizo esperar. El 4 de noviembre, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, firmada por un asesor de Patiño, remitió la petición directamente al despacho presidencial. "Su petición será remitida al despacho del señor Presidente de la República, con el fin de que en el marco de sus facultades, le dé respuesta de fondo a su solicitud", reza la misiva. Hasta la fecha, Petro no ha emitido pronunciamiento público, aunque fuentes cercanas al Palacio de Nariño indican que el mandatario evalúa el planteamiento en el contexto de su política de "Paz Total", que busca incluir no solo a insurgentes, sino también a estructuras criminales que generen violencia sistemática.
Orígenes y expansión: De Tocorón a las calles de Bogotá
El Tren de Aragua surgió a inicios de la década de 2010 en la Penitenciaría de Tocorón, estado Aragua, Venezuela, como una "prananza" –jerarquía carcelaria– liderada por figuras como "Hurricane" y el propio Larry Changa. Lo que comenzó como un grupo de reclusos evolucionó en una megabanda transnacional, aprovechando la migración masiva venezolana y los vacíos institucionales en la región. Según la periodista Ronna Rísquez, autora de El Tren de Aragua: La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina, la organización se especializa en extorsión, trata de personas, explotación sexual, narcotráfico y homicidios selectivos, con una estructura jerárquica que incluye "células" locales adaptadas a cada país.
En Colombia, el Tren de Aragua irrumpió con fuerza desde 2022, capitalizando la porosidad fronteriza y la presencia de migrantes venezolanos. Un informe de la Defensoría del Pueblo de febrero de 2024 alerta sobre disputas territoriales con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) en barrios como Los Mártires, Santa Fe, Puente Aranda y La Candelaria de Bogotá, donde se reportan extorsiones a comerciantes y desplazamientos forzados. En la frontera de Norte de Santander, un estudio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) documenta su rol en la violencia contra migrantes, con al menos 15 homicidios atribuidos al grupo en 2023.
Las autoridades colombianas han asestado golpes significativos: el 8 de agosto de 2025, la Fiscalía capturó a 11 integrantes en Bogotá, desarticulando una red de extorsiones y secuestros. Insight Crime, en un análisis de agosto de 2025, describe a Colombia como un "territorio fértil" para la banda, que ha ampliado sus rentas criminales y usado el país como refugio para líderes huidos de Venezuela y Chile. Larry Changa, de 39 años, es un caso paradigmático: extraditado de Chile en 2024 por lavado de activos y tráfico de migrantes, ahora enfrenta procesos en Colombia por concierto para delinquir agravado.
La sombra de Washington: De sanción a designación terrorista
El escepticismo de Patiño contrasta con la visión de Estados Unidos, que ve al Tren de Aragua como una amenaza existencial. En julio de 2024, el Departamento del Tesoro sancionó a la banda como "organización criminal transnacional", congelando activos de líderes como Giovanni Vicente Mosquera Serrano, implicado en narcotráfico y asesinatos en Colombia. La escalada llegó en febrero de 2025, cuando el presidente Donald Trump, en su ofensiva contra el narcotráfico latinoamericano, la designó como "organización terrorista extranjera" junto a seis cárteles mexicanos y la Mara Salvatrucha (MS-13). Trump justificó la medida alegando que el grupo "amenaza la paz y seguridad de EE.UU.", citando operaciones de narcolanchas en el Caribe atribuidas a la banda.
Esta designación ha avivado fricciones bilaterales. Petro, crítico de las intervenciones militares estadounidenses en el Caribe –donde destructores han hundido embarcaciones sospechosas–, fue tildado por Trump de "líder del narcotráfico" por no erradicar la producción de cocaína. En respuesta, el mandatario colombiano impuso sanciones financieras recíprocas y defendió su enfoque de "paz con legalidad". Analistas como los del Real Instituto Elcano ven en esto un "redefinimiento" del crimen organizado como terrorismo por Washington, lo que complica cualquier diálogo en Bogotá.
Reacciones: De la burla en redes a alertas de expertos
En redes sociales, la declaración de Patiño generó un torbellino de memes y críticas. Usuarios como @Impacto24_7 ironizaron sobre una "Navidad para el Tren", sugiriendo que Petro entregaría "reconocimiento político" a delincuentes "incubados en el chavismo". Otros, como @DerechaDiarioCO, calificaron el posible diálogo de "indignante", argumentando que equipara a guerrillas con "delincuentes comunes". En contraste, defensores de la Paz Total, como el senador petrista Ivan Name, ven en la propuesta una oportunidad para desarticular redes sin violencia.
Expertos son más cautos. Javier Ciurlizza, exdirector de la Comisión de la Verdad, advierte que dialogar con el Tren de Aragua podría "legitimar el crimen organizado" y erosionar la distinción entre insurgencia política y delincuencia económica. Por su parte, Insight Crime cuestiona si el grupo no es un "tren fantasma" en algunos contextos, como en Tennessee, EE.UU., donde alarmas sobre su presencia resultaron exageradas, pero insiste en su impacto real en Colombia.
Implicaciones: ¿Paz o concesión?
El dilema para Petro es profundo. Incluir al Tren de Aragua en la Paz Total podría marcar un hito en la desmovilización de bandas urbanas, pero arriesga críticas internacionales y un precedente peligroso. Con Changa a la espera de extradición a Chile –país que lo reclama por trata de personas–, el tiempo apremia. Mientras Patiño habla de "fantasmas", las balas en Bogotá y la frontera recuerdan que el Tren de Aragua, exista o no como monolito, deja huellas de sangre en la realidad colombiana.
