Ecopetrol y Petrobras sellan alianza estratégica para comercializar gas del megaproyecto Sirius: un impulso clave ante la crisis energética de Colombia

 



Ecopetrol y Petrobras sellan alianza estratégica para comercializar gas del megaproyecto Sirius: un impulso clave ante la crisis energética de Colombia

Bogotá, 2 de noviembre de 2025 – En un movimiento que podría aliviar la creciente dependencia de importaciones de gas natural en Colombia, las petroleras Ecopetrol y Petrobras anunciaron el jueves 30 de octubre una alianza para la comercialización conjunta del gas proveniente del campo Sirius, el mayor descubrimiento de hidrocarburos en el país en tres décadas. Esta iniciativa, que contempla la venta de hasta 249 millones de pies cúbicos por día (MPCD) durante un período de hasta seis años a partir de 2030, se presenta como una respuesta estratégica a la escasez de reservas nacionales, con un precio estimado un 40% inferior al del gas importado.

El acuerdo, formalizado en un esquema de comercialización conjunta con participación igualitaria (50%-50%) entre ambas empresas, busca no solo garantizar el abastecimiento eficiente y transparente del recurso, sino también fortalecer la autosuficiencia energética de Colombia en un contexto de déficits proyectados que podrían alcanzar el 8,2% en 2025 y el 20,6% en 2026. "Este mecanismo busca garantizar la asignación eficiente, pública y objetiva del gas natural proveniente del campo Sirius", enfatizó Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, durante el anuncio. Por su parte, Alcindo Moritz, presidente de Petrobras Colombia, destacó que el proyecto representa "un avance significativo para la política energética regional", con el 50% de las consultas previas ya concluidas a mediados de octubre.

El gigante submarino: Detalles del proyecto Sirius

Ubicado en el bloque costa afuera GUA-OFF-0, a unos 80 kilómetros de La Guajira en el Caribe colombiano, el campo Sirius alberga reservas estimadas en 6 billones de pies cúbicos (TCF) de gas natural, equivalentes a duplicar o incluso triplicar las reservas actuales del país, que han caído a 6,7 años de cobertura en 2025 desde los 7,2 años en 2023. Este hallazgo, confirmado en diciembre de 2024 tras pruebas exitosas en los pozos Sirius-1 y Sirius-2, es el más importante desde los años 90 y requiere una inversión total proyectada de 5.000 millones de dólares.

El desglose financiero incluye 1.200 millones de dólares para la fase de exploración (2025-2029) y 2.900 millones para el desarrollo de producción, con operaciones iniciadas en 2029-2030. Hasta la fecha, Ecopetrol (con 55,6% de participación) y Petrobras (operadora con 44,4%) han invertido 820 millones en exploración. La infraestructura prevista conectará cuatro pozos a la plataforma Ballena existente, evitando estructuras flotantes para minimizar impactos en ecosistemas marinos. Análisis preliminares indican que el gas de Sirius es uno de los más limpios del mundo, con bajos niveles de azufre y emisiones reducidas de dióxido de carbono, alineándose con los objetivos de transición energética de Colombia.

El proceso de comercialización se abrirá a ofertas públicas, con la firma de contratos prevista para el 12 de diciembre de 2025. Toda la información sobre el mecanismo estará disponible en los portales web de Ecopetrol y Petrobras, promoviendo transparencia en la asignación.

Contexto de crisis: Importaciones disparadas y reservas en declive

Colombia enfrenta su peor crisis de gas natural en décadas. En 2025, la producción ha caído un 15%, con importaciones que se han disparado un 45,4% y representan ya el 13% del suministro, principalmente desde Estados Unidos a un costo cuatro veces superior al gas local. En agosto, la producción comercializada fue de solo 800 MPCD, un 16,2% menos que en 2024. La Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas) advierte que, sin nuevos desarrollos como Sirius, la dependencia externa podría escalar al 20% en 2026, exacerbando alzas en tarifas residenciales e industriales.

El Senado colombiano exigió respuestas el 13 de febrero de 2025 ante el inicio de importaciones por primera vez en 45 años, pese a reservas nacionales de 72 GBTUD. Proyectos como Sirius son vistos como salvavidas: su producción podría cubrir la demanda diaria del departamento del Atlántico y reducir la dependencia del carbón y combustibles líquidos. Sin embargo, expertos como los de la Bolsa Mercantil de Colombia urgen regulaciones para la venta de gas importado y mayor inversión en exploración, ya que la declinación anual de reservas se estima en 11,6% para 2025.

Desafíos sociales y ambientales: Consultas previas y derechos indígenas

El avance de Sirius no está exento de controversias. El proyecto requiere 120 consultas previas con comunidades étnicas –un derecho fundamental consagrado en la Constitución para garantizar la participación en decisiones que afecten sus territorios, cultura y derechos–, tras un incremento desde las 116 iniciales en septiembre de 2024. Aunque el 50% se completó en octubre de 2025, organizaciones indígenas denuncian omisiones: solo seis comunidades de La Guajira fueron incluidas inicialmente, dejando fuera al 90% de las afectadas, incluyendo grupos wayúu en áreas como Mayapo.

"Esta omisión institucional deja por fuera a más del 90% de las comunidades del área de influencia", alertó un representante de la Red de Derechos Humanos en un informe de octubre. El proceso de licenciamiento ambiental avanza al 52%, con culminación prevista para 2026, pero enfrenta escrutinio por posibles impactos en pesca artesanal y biodiversidad marina. Ecopetrol y Petrobras insisten en un "desarrollo responsable", con estudios meteoceanográficos en curso para mitigar riesgos.

La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) celebró el acuerdo como un "avance significativo" para el gas costa afuera, pero ambientalistas como los de la Fundación Heinrich Böll cuestionan si cumple con estándares internacionales de consulta previa, citando fallos de la Corte Constitucional que exigen participación plena.

Mirada al futuro: ¿Un puente hacia la transición?

La alianza Ecopetrol-Petrobras no solo simboliza la cooperación binacional –"una alianza de dos países vecinos que permanecen unidos", según Roa–, sino que podría inyectar hasta 200% más reservas al sistema nacional, asegurando el consumo de millones de hogares e industrias. Sin embargo, su éxito depende de superar barreras regulatorias y sociales antes de 2026.

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