"Todo es negociable": El abogado de Gustavo Petro desafía las sanciones de Trump y abre la puerta a la diplomacia
Bogotá, Colombia / Washington, EE.UU. - 2 de noviembre de 2025 – En medio de una escalada diplomática que ha tensado las relaciones entre Colombia y Estados Unidos, el abogado del presidente Gustavo Petro, Daniel Kovalik, lanzó un mensaje de optimismo y firmeza: "Todo es negociable". En una exclusiva entrevista con AFP este jueves, el letrado estadounidense reveló los impactos inmediatos de las sanciones impuestas por el gobierno de Donald Trump contra el mandatario colombiano, su familia y allegados, y delineó una estrategia legal y diplomática para revertirlas.
La decisión de Trump, anunciada la semana pasada, incluyó a Petro, su esposa Verónica Alcocer, uno de sus hijos y al ministro del Interior, Armando Benedetti, en la lista negra de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE.UU. Estas sanciones, que bloquean cualquier activo en territorio estadounidense y prohíben transacciones con entidades de ese país, se justifican oficialmente en la supuesta inacción de Petro contra el narcotráfico. "Petro no hace lo suficiente para frenar el flujo de drogas", declaró Trump en un tuit incendiario el 25 de octubre, al que agregó el epíteto de "líder narcotraficante" sin presentar evidencia concreta.
Impactos inmediatos: Congelamientos y complicaciones cotidianas
Kovalik, un reconocido defensor de derechos humanos y profesor de la Universidad de Pittsburgh, detalló en la videollamada desde su ciudad natal los efectos ya palpables de la medida. "Ya tienen congeladas las tarjetas de crédito y sus cuentas bancarias", explicó. Incluso el salario de los funcionarios públicos afectados enfrenta obstáculos para su cobro, lo que ha generado un caos administrativo en el Palacio de Nariño. Un incidente emblemático ocurrió la semana pasada en Madrid, España, cuando una empresa de combustible con vínculos estadounidenses se negó a repostar el avión presidencial colombiano, dejando a la delegación en tierra por horas y obligando a improvisar con proveedores locales.
Fuentes cercanas al gobierno colombiano, que solicitaron anonimato, confirmaron que las sanciones han paralizado transacciones internacionales clave. Por ejemplo, pagos pendientes a proveedores estadounidenses de equipos médicos y tecnología para el sector educativo han sido suspendidos, afectando programas sociales emblemáticos de la administración Petro como la "Reforma Agraria Integral". Además, el ministro Benedetti reportó en una rueda de prensa el miércoles que su equipo ha tenido que redirigir fondos a bancos europeos, incrementando costos operativos en un 15% estimado.
El abogado enfatizó que estas restricciones no solo impactan a los individuos, sino que generan un efecto dominó. "Cualquier empresa internacional o gobierno que colabore con Petro se expone a sanciones secundarias", advirtió Kovalik. Empresas multinacionales como ExxonMobil y Boeing, con contratos vigentes en Colombia, han pausado operaciones no esenciales, según reportes de Bloomberg obtenidos por este medio. Esto podría costarle al país sudamericano hasta 500 millones de dólares en exportaciones bloqueadas solo en el sector energético, de acuerdo con un análisis preliminar del Banco de la República.
Una estrategia de dos frentes: Tribunales y mesa de negociación
Ante este panorama, Kovalik anunció que impulsará dos vías paralelas para contrarrestar las sanciones. Por un lado, recurrirá a los tribunales federales de EE.UU. y directamente al Departamento del Tesoro para presentar pruebas que desmonten las acusaciones de Trump. "Los procesos serán largos y lentos, pero confío en que ganaremos porque Petro es inocente", afirmó el letrado, quien también representa a Verónica Alcocer. Kovalik, conocido por su defensa de causas controvertidas como el caso de Julian Assange y activistas palestinos, planea argumentar que las sanciones violan el debido proceso y carecen de base factual, citando inteligencia desclasificada que muestra la cooperación histórica de Colombia en la lucha antidrogas.
Por otro lado, el abogado apuesta por la diplomacia. "La mayoría de las veces, un caso así se resuelve mediante negociaciones", dijo en inglés durante la entrevista. Aunque Trump ostenta "total potestad" para incluir o excluir nombres de la lista OFAC –una prerrogativa ejecutiva casi ilimitada–, Kovalik ve espacio para concesiones. El equipo de Petro prepara una solicitud formal de exención para gastos relacionados con la hija menor del presidente, argumentando razones humanitarias. "Petro está preocupado, especialmente por su familia", confesó el letrado, quien aclaró que no cobrará honorarios por sus servicios, motivado por una amistad forjada en los años 2000.
Esa conexión personal data de uno de los capítulos más oscuros del conflicto armado colombiano. Kovalik y Petro se unieron en la denuncia de la connivencia entre el Ejército y los paramilitares, durante masacres como las de La Chorrera y Puerto Concordia en 2004. "Eso nos unió", recordó Kovalik, evocando cómo ambos arriesgaron sus vidas para exponer violaciones a los derechos humanos. Hoy, esa alianza se reactiva en un contexto geopolítico volátil.
Contexto: Una "guerra de palabras" con raíces ideológicas
La crisis no surgió de la nada. Las tensiones escalaron tras una serie de desencuentros públicos. Petro, un exguerrillero del M-19 convertido en el primer presidente de izquierda en la historia moderna de Colombia, ha chocado repetidamente con la agenda de Trump. Su rechazo a los "mortíferos ataques estadounidenses" en el Caribe y el Pacífico –referencia a operaciones navales contra carteles que Bogotá califica de violatorias de soberanía– fue el detonante inicial en septiembre. A ello se sumó el apoyo inquebrantable de Petro a la causa palestina, incluyendo el reconocimiento de Palestina como estado en agosto de 2025, y su oposición frontal a cualquier intervención militar en Venezuela, aliada clave de Washington en la región.
Trump, en su segundo mandato iniciado en enero de 2025, ha intensificado su retórica "America First" contra líderes progresistas en América Latina. En un mitin en Florida el 20 de octubre, el magnate republicano acusó a Petro de "traicionar" el legado antidrogas de su predecesor, Iván Duque, y de aliarse con "dictadores socialistas". Analistas como Michael Shifter, del Diálogo Interamericano, ven en esto un cálculo electoral: apaciguar a la diáspora venezolana y colombiana en EE.UU., que suma más de 2 millones de votantes potenciales en estados clave como Florida.
Desde Bogotá, el canciller Luis Gilberto Murillo calificó las sanciones como "un error histórico" en un comunicado oficial, y anunció que Colombia explorará alianzas con la Unión Europea y China para mitigar el impacto económico. En privado, asesores de Petro admiten que el presidente considera una visita a Washington en diciembre para una cumbre bilateral, aunque bajo la condición de una "pausa" en las hostilidades.
¿Hacia una resolución o escalada?
Mientras Kovalik prepara su ofensiva legal, el reloj corre. Si no hay acuerdo, las sanciones persistirán más allá del mandato de Petro (hasta 2026) y del de Trump (hasta 2029), dejando un legado de desconfianza. Expertos en derecho internacional, como la abogada colombiana Viviana Morales, advierten que un fallo judicial a favor de Petro podría sentar precedente contra el "uso arbitrario" de sanciones unilaterales, inspirando desafíos similares en Irán o Cuba.
Por ahora, el mensaje de Kovalik resuena como un llamado a la razón en medio del ruido: "Todo es negociable". En un mundo polarizado, donde la diplomacia a menudo cede ante los tuits, Colombia y EE.UU. tienen la oportunidad de demostrar que, incluso en la era Trump-Petro, el diálogo no es un lujo, sino una necesidad. La pelota, ahora, está en la cancha de la Casa Blanca.
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