Estados Unidos designa al "Cártel de los Soles" como organización terrorista: Maduro y su régimen en la mira de Trump
Washington, 24 de noviembre de 2025 – En un movimiento que intensifica la confrontación entre Washington y Caracas, el gobierno de Donald Trump ha formalizado la designación del "Cártel de los Soles" como una Organización Terrorista Extranjera (FTO, por sus siglas en inglés), efectiva a partir de este lunes. La medida, anunciada el 16 de noviembre por el Departamento de Estado, vincula directamente al presidente venezolano Nicolás Maduro y a altos funcionarios de su régimen con esta red acusada de narcotráfico, corrupción y violencia terrorista en el hemisferio. Aunque no autoriza explícitamente el uso de fuerza letal, abre la puerta a nuevas sanciones financieras y amplía las opciones militares de Estados Unidos en la región, en medio de un despliegue naval y aéreo sin precedentes.
La designación, publicada hoy en el Registro Federal de EE.UU., describe al "Cártel de los Soles" como una entidad "encabezada por Nicolás Maduro y otros altos funcionarios del ilegítimo régimen de Maduro", que ha corrompido las fuerzas armadas, inteligencia, legislatura y judicatura venezolanas. Según el comunicado oficial del Departamento de Estado, esta red opera en alianza con otras organizaciones terroristas designadas, como el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa, responsables de "violencia terrorista en todo el hemisferio" y el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa. La acción se basa en la Sección 219 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, y complementa una designación previa del Departamento del Tesoro bajo la Orden Ejecutiva 13224.
¿Qué es el "Cártel de los Soles"? Una red más de corrupción que de crimen organizado
El término "Cártel de los Soles" surgió en la década de 1990, cuando se investigó a generales venezolanos –cuyos galones en los hombros evocan soles– por presunto narcotráfico. No se trata de un cártel tradicional con jerarquía vertical, sino de "células desconectadas incrustadas en el ejército venezolano", según Jeremy McDermott, codirector de Insight Crime, un think tank especializado en crimen organizado en América Latina. Expertos coinciden en que describe más una red de funcionarios corruptos que un grupo delictivo convencional. Maduro ha negado repetidamente cualquier implicación personal, y su gobierno ha descartado la existencia del cártel, calificándolo de "invención ridícula" para justificar intervenciones extranjeras.
El Departamento de Estado de EE.UU. alega que el grupo trafica cocaína desde Colombia a través de Venezuela, utilizando rutas marítimas y alianzas con guerrillas como las FARC disidentes. Sin embargo, ni la Administración de Control de Drogas (DEA) de EE.UU. ni la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) lo han catalogado formalmente como organización narcotraficante en sus informes anuales. "Es una etiqueta política más que técnica", advierte Mark Cancian, analista del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), quien cuestiona si cumple estrictamente los criterios de "terrorismo" bajo la ley estadounidense.
Esta no es la primera vez que Washington apunta a Venezuela por narcotráfico: en julio de 2025, el Tesoro sancionó al Tren de Aragua como FTO, y ya hay una recompensa de 50 millones de dólares por información que lleve a la captura de Maduro, junto con indictments federales contra él y 14 asociados.
Implicaciones: Sanciones, presión militar y la sombra de una intervención
La designación amplía drásticamente las herramientas de Trump contra el régimen chavista. Permite congelar activos, prohibir transacciones financieras y restringir viajes de miembros del grupo, afectando potencialmente a empresas extranjeras que hagan negocios con el Estado venezolano. "Trae un montón de nuevas opciones" para lidiar con narco-terroristas, afirmó el secretario de Defensa Pete Hegseth a mediados de noviembre. Funcionarios de alto rango han informado a Trump sobre opciones que incluyen ataques a instalaciones militares o gubernamentales, incursiones de fuerzas especiales y operaciones cibernéticas, aunque la "opción de no hacer nada" sigue sobre la mesa.
El contexto militar es alarmante: bajo la "Operación Lanza del Sur" (Operation Southern Spear), EE.UU. ha desplegado más de una docena de buques de guerra, incluyendo el portaaviones USS Gerald R. Ford, y 15.000 soldados en el Caribe. El 21 de noviembre, un ejercicio aéreo masivo cerca de Venezuela incluyó cazas F/A-18E, bombarderos B-52 y aviones de reconocimiento, mientras que ataques a embarcaciones sospechosas de narcotráfico han causado decenas de muertes. Tres aerolíneas internacionales –American Airlines, Delta y LATAM– cancelaron vuelos a Venezuela tras una alerta de la FAA sobre "situación peligrosa". Una encuesta de CBS News/YouGov revela que el 70% de los estadounidenses se opone a una intervención militar, y el 76% cree que la administración no ha aclarado su estrategia.
A pesar de la escalada, hay señales de diplomacia. Axios reportó que Trump planea una llamada directa con Maduro, en un intento por forzar su renuncia sin acción armada. "Podemos estar teniendo discusiones con Maduro", dijo Trump recientemente, mientras su secretario de Estado en la sombra, Marco Rubio, enfatiza que el objetivo es "sacar a Maduro y meter el negocio petrolero de EE.UU. en Venezuela: 300 millones de barriles". Fuentes anónimas en la Casa Blanca insisten: "No hay plan inmediato de ataques contra el liderazgo en Caracas", pero las interdicciones marítimas continuarán.
Reacciones: De la furia en Caracas a la cautela internacional
El gobierno venezolano rechazó la designación como "una nueva maniobra ridícula que seguirá el mismo destino de agresiones previas: el fracaso". Maduro, en un discurso transmitido por su cuenta oficial en X (@NicolasMaduro), exigió a Trump "rectificar su política de agresiones y amenazas", y acusó a Washington de usar la narrativa para justificar una invasión. En redes sociales, el eco es inmediato: cuentas como @AztecaNoticias destacan la "ofensiva contra Maduro" con sanciones y recompensas millonarias, mientras @laderechadiario advierte de una posible intervención.
Internacionalmente, la medida genera divisiones. Aliados de Maduro como Rusia y China la condenan como "injerencia imperialista", mientras Colombia y Brasil observan con cautela, temiendo un flujo migratorio masivo. La oposición venezolana, liderada por figuras como María Corina Machado, la ve como un paso hacia la libertad, pero advierte contra una escalada que beneficie a extremistas.
En un tuit de este domingo, el general retirado Barry McCaffrey, analista de seguridad nacional, resumió el cálculo de Trump: "Quiere a Maduro fuera y el petróleo de EE.UU. adentro". Mientras la tensión crece en el Caribe, el mundo contiene el aliento: ¿diplomacia o confrontación? La respuesta podría definirse en los próximos días, con Maduro aferrado a su "discurso de invencibilidad" y Trump jugando sus cartas en un tablero geopolítico cada vez más volátil
