Naufragio en el Caribe panameño: Muere niña colombiana de 3 años en travesía de migrantes venezolanos; 20 personas son rescatadas

 





Naufragio en el Caribe panameño: Muere niña colombiana de 3 años en travesía de migrantes venezolanos; 20 personas son rescatadas

Ciudad de Panamá, 9 de noviembre de 2025 – Una tragedia marítima conmocionó este domingo las costas de la provincia de Colón, en el Caribe panameño, donde una niña de tres años de nacionalidad colombiana perdió la vida al naufragar la embarcación en la que viajaba junto a 20 migrantes más, en su mayoría venezolanos, que intentaban regresar a Sudamérica. El incidente, ocurrido en la zona de Miramar, corregimiento de Santa Isabel, resalta los peligros crecientes del flujo migratorio inverso, impulsado por las estrictas políticas de deportación de Estados Unidos y Panamá.

La menor, cuya identidad no ha sido divulgada por las autoridades, falleció pese a los intensos esfuerzos de reanimación cardiopulmonar (RCP) realizados por los rescatistas en el lugar. Según un comunicado oficial del Gobierno panameño, la embarcación, bautizada como "OE" y registrada únicamente para pesca artesanal, transportaba a 21 personas en total: 18 adultos, la niña fallecida y otros dos menores. El bote zarpó desde un muelle no autorizado por la Autoridad Marítima de Panamá (AMP), operado por un ciudadano colombiano que no contaba con permisos para el transporte de pasajeros.

El Ejecutivo, encabezado por el presidente José Raúl Mulino, expresó su profundo pesar por la pérdida de esta "vida humana" y lamentó el suceso en un mensaje conjunto emitido por la AMP, el Servicio Nacional de Migración (SNM) y el Servicio Nacional Aeronaval (Senan). "Gracias a la intervención oportuna de una embarcación privada que se encontraba en la zona, fue posible brindar auxilio inmediato a las personas afectadas", detalla el comunicado, que destaca cómo las unidades del Senan reforzaron las operaciones de rescate y atención médica una vez alertadas. Todos los sobrevivientes fueron trasladados a tierra firme para recibir atención, y se reportan estables, aunque con signos de hipotermia y deshidratación por las condiciones adversas del mar Caribe.

Medios locales, como Telemetro y TVN Panamá, han precisado que la mayoría de los migrantes eran venezolanos que buscaban retornar a su país tras ser deportados o disuadidos de continuar hacia el norte por las nuevas restricciones migratorias. La embarcación, sobrecargada y no apta para navegación con pasajeros, habría zozobrado debido a olas fuertes y fallas mecánicas, según testimonios preliminares de los rescatados. En redes sociales, como X (antes Twitter), el medio colombiano BluRadio Colombia alertó sobre el caso, enfatizando las irregularidades del bote y el origen de los ocupantes.

Este naufragio no es un hecho aislado en la región. En febrero de 2025, una niña de ocho años falleció en circunstancias similares cuando otra embarcación con migrantes se hundió en el mismo sector caribeño. Panamá, que durante años fue un puente clave para cientos de miles de migrantes sudamericanos rumbo a Estados Unidos a través de la peligrosa selva del Darién, ha visto un drástico cambio en los patrones migratorios desde la llegada al poder de Donald Trump el 20 de enero de 2025 y de Mulino el 1 de julio de 2024. Las políticas conjuntas incluyen el cierre de "trochas" ilegales en la frontera con Colombia, vuelos charter financiados por Washington para repatriaciones rápidas y un memorando de entendimiento migratorio firmado en julio de 2024, por el cual Estados Unidos ha destinado cerca de 14 millones de dólares (siete millones en cada año) para apoyar las operaciones de deportación.

Como resultado, el flujo norte-sur se ha convertido en el predominante: en lugar de cruzar el Darién hacia el norte, los migrantes optan por rutas marítimas precarias desde puertos panameños hacia la frontera colombiana, exponiéndose a riesgos como naufragios, trata de personas y explotación por coyotes. Según datos del SNM, las repatriaciones de venezolanos y colombianos han aumentado un 300% en lo que va de 2025, con más de 150.000 personas devueltas vía aérea o terrestre. Expertos en migración, citados por El Nacional y Proceso Digital, advierten que estas medidas, aunque efectivas para reducir el paso irregular, han impulsado rutas más letales y deshumanizadas.

La AMP ha iniciado una investigación para determinar responsabilidades, incluyendo posibles cargos contra el operador colombiano por tráfico ilegal de personas y violación de normativas marítimas. Mientras tanto, organizaciones humanitarias como ACNUR y la Cruz Roja panameña han ofrecido apoyo psicológico a los sobrevivientes y exigido mayor vigilancia en las costas caribeñas. "Esta niña representa a miles de familias atrapadas en un limbo migratorio; urge una respuesta regional que priorice la vida sobre las fronteras", declaró un portavoz de ACNUR en un tuit difundido esta tarde.

El Gobierno de Mulino, en su nota oficial, reiteró su compromiso con la seguridad marítima y llamó a los migrantes a utilizar vías legales. Sin embargo, en un contexto de crisis económica en Venezuela y Colombia, y con las deportaciones en auge, expertos temen que incidentes como este se multipliquen. La niña de tres años, soñadora en una travesía forzada, se convierte en el rostro doloroso de una migración que, invertida, no pierde su esencia trágica.

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